EL IMPACTO DE LA TECNOLOGÍA EN LA EDUCACIÓN EN AMÉRICA LATINA

La tecnología ha tenido un impacto gigantesco en la sociedad actual, principalmente en la educación en América Latina. En ese sentido, la democratización de los medios tecnológicos ha permitido que se viva una transformación progresiva del proceso educativo. Probablemente el mayor impacto se vea en las universidades que emplean la educación a distancia, debido a que utilizan los medios digitales como canales de comunicación entre los docentes y estudiantes.

 

Sin embargo, diversos factores, como la pandemia provocada por la COVID-19, ha generado un mayor impacto de la tecnología en la educación en América Latina. En la actualidad, todos los niveles han utilizado en mayor o menor medida estas herramientas. Sin embargo, también se ha puesto de manifiesto diversas desigualdades, ya que no todos los profesores o alumnos tienen acceso a una buena conexión a internet o equipos tecnológicos. El reto está en hacer que todos puedan hacer uso de estos elementos.

Ahora bien, la tecnología en la educación en América Latina se ha podido integrar en seis niveles:

  • Escenario holístico: «Estas nuevas tecnologías aparte de producir unos cambios en la escuela producen un cambio en el entorno y, como la escuela lo que pretende es preparar a la gente para este entorno, si éste cambia, la actividad de la escuela tiene que cambiar», de acuerdo a lo señalado por Dr. Joan Majó (Universidad de Catalunya). Es decir, la educación no se concibe como un proceso donde se tiene que enseñar por medio de las tecnologías, sino que la misma debe tener una integración total.

 

  • De enmienda: En este caso la tecnología se adecua para modificar los métodos de enseñanza y aprendizaje, para la ejecución de actividades interdisciplinarias y colaborativas así como para emplearla como instrumento cognitivo.

 

 

  • Escenario tecnocrático: Aquí se dan dos formas de incluir la tecnología en la educación, el primero es para mejorar la productividad en el proceso de la información. El segundo es cuando se ve la tecnología como fuente proveedora de materiales didácticos. Es lo que se conoce como alfabetización digital.

 

  • Integración: Este proceso se asume como una política de estado con apoyo político y con logros relativamente consolidados.

 

  • Etapa de aplicación: Se empieza a realizar proyectos pilotos en escuelas seleccionadas.

 

  • Etapa emergente: Se toma conciencia de los beneficios de la tecnología en la educación, pero las iniciativas se encuentran en etapas iniciales.

 

Lo cierto es que América Latina se está preparando para poder hacer uso de la tecnología de forma mucho más eficiente, aunque quizás con un poco de retraso con respecto a países de otros continentes o también denominados como de primer mundo. En la actualidad, países como México, Brasil, Costa Rica y Chile llevan adelante programados sólidos que buscan favorecer no solo la educación en sus propios países sino en la región en general. De igual manera, otros llevan adelante proyectos con distintos grados de alcance.

Por su parte, en Uruguay, tienen a su disposición un Sistema Nacional de Gestión del Aprendizaje (LMS, por sus siglas en inglés), donde los educadores pueden tener su propia clase virtual y mejorar sus competencias como docentes. De acuerdo a datos ofrecidos por fuentes oficiales de este país, cada estudiante del sistema de educación pública (primaria y secundaria) tiene acceso a un dispositivo de computación.

Colombia está transmitiendo programas educativos tanto a través de la radio como de la TV pública, en otras palabras, no solo están haciendo de la tecnología moderna. Pero más allá de eso tienen programas que combinan actividades con conexión, sin conexión y de transmisión en medios de comunicación. En el caso puntual de República Dominicana, se han establecido más de 1000 puntos de acceso a  wifi público gratuito y existen varias webs oficiales con el propósito de ayudar a la planificación de los contenidos que van a impartir los docentes, servir para le educación secundaria y como repositorio de contenidos y plataformas.

En definitiva, una clasificación por países permite identificar en qué etapa se encuentra cada nación:

 

  • Países en Etapa de integración: Chile, Uruguay, Argentina, Brasil, México, Costa Rica, Colombia, Cuba.

 

  • Países en Etapa de aplicación: El Salvador, Jamaica, Perú, República Dominicana y Trinidad y Tobago.

 

  • Países en Etapa emergente: Guatemala, Paraguay y Bolivia.

 

Con todo este despliegue de tecnología en la educación es erróneo hablar de un desinterés por anexarlas a este proceso de enseñanza y aprendizaje. Por otro lado, se puede evidenciar cómo las nuevas generaciones y los involucrados en los planteles educativos entienden la necesidad de adaptarse. Los tiempos cambiaron, es equivocado no entender la importancia de la tecnología en la vida diaria y la idea es formar ciudadanos que puedan manejarlas correctamente y sacarle provecho para tener crecimiento económico, académico y humano.

En acuerdo con este punto se muestra la rectora interina de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Cristina del Maestro, quien sostuvo que «nuestra apuesta en la innovación no es solamente en los medios y recursos que utilizamos, sino en las maneras y formas de aprender y llegar a las personas a través de éstos. (…) Nuestro compromiso es utilizar estos medios para atender a la diversidad de personas y lograr una mejor accesibilidad y una humanidad más inclusiva».

Probablemente muchos países latinoamericanos, directores de centros educativos y ministros de educación estén de acuerdo. Atrás quedaron los tiempos en los que la tecnología era vista como un factor que podría (o no) ser empleado. Ahora es parte de nuestra cotidianidad y, por ende, debe ser analizada, integrada y estudiada en las escuelas y universidades.

Cabe señalar que el impacto de la tecnología en América Latina responde a «aprender a aprender» y «aprender a vivir juntos» (Delors, 1996), los pilares fundamentales de la educación en el siglo XXI. Esto se debe a que brinda la posibilidad de tener una mayor autonomía en el proceso de aprendizaje, permite la co-construcción del conocimiento, la gestión del conocimiento, también abre un universo hacia una gran diversidad de fuentes de información.

En resumen, en América Latina hace falta decisiones pedagógicas para poder integrar las tecnologías correctamente y, en muchos casos, adecuar completamente el modelo educativo. Asimismo, este hecho ha llevado a los países de América Latina hacia terrenos inciertos y con nuevos desafíos, donde tener salas de computadores en las escuelas es insuficiente y se debe ir más allá de las redes escolares o tener computadores en el aula que sean visto como parte del mobiliario al que no se le saca el máximo provecho.

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